REFLEXIONES



Considero que el ser docente ha sido, es y será, una enorme responsabilidad, ya que la posibilidad que se nos brinda de contribuir a la formación de personas es, sin duda, una tarea ardua y, por qué no decirlo, envidiable, puesto que no cualquiera tiene la oportunidad, las cualidades y la actitud para serlo.

Soy de la idea de que el docente debe formar individuos para la vida y para el futuro, no olvidando jamás que debemos ser un ejemplo a seguir, ya que considero que muchos de los aprendizajes de los alumnos son por imitación de sus referentes adultos, y uno como maestro puede llegar a ser un factor ideal de vida para esos niños, así pues, todo lo que les inculque día con día podrá ser de impacto en su formación.

Reflexionar sobre mi trabajo, me invita también a recapacitar en las acciones educadoras que debo procurar con los alumnos, como pensar en ellos, en el proceso de enseñanza, en que los conocimientos no deben de acumularse, sino llevarse siempre a la práctica y transformarlos en aprendizajes significativos.

Por otra parte, considero que la labor docente puede resultar compleja, ya que se tiene que saber interactuar y comunicar un conjunto de conocimientos y aprendizajes a través de métodos y estrategias apropiadas, para facilitar la comprensión, el desarrollo de habilidades, destrezas y actitudes favorables que les permitan a los pupilos reflexionar sobre su propio actuar.
Asimismo, creo firmemente que la vocación es un aspecto importante para una buena intervención, porque cuando uno tiene esa convicción hace las cosas con gusto, con pasión, con amor, pero se requiere también de una constante preparación, ya que por medio de ésta, se tienen ideas más claras y un compromiso profesional con el trabajo mismo.


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